domingo, 7 de diciembre de 2008

O irmão

Ela sempre o olhava com uma ponta de desejo. É o pai do seu namorado. Percebia nele, uma virilidade que faltava ao filho. A firmeza das palavras, o olhar compenetrado e até mesmo seus movimentos, que lhe pareciam pesados e ao mesmo tempo exatos, provocavam nela uma estranha curiosidade.
Aos poucos ela percebeu que era correspondida pelo sogro. Primeiramente os olhares, se procuravam e sempre que se cruzavam, permaneciam por alguns longos segundos a mirar. Os abraços começaram a ficar mais demorados, apertados e, quando acabavam, a mão direita dele escorregava levemente pelo braço esquerdo dela. Depois vieram carinhos em seus cabelos, nas costas, sorrisos, olhares e mais olhares.
Um dia, sentada no sofá, entre o pai e o filho, mesmo abraçada a este, não parava de calcular a distância entre o próprio corpo e o de seu sogro. Neste dia, enquanto voltava para casa, se deu conta de que não mais havia nela qualquer interesse pelo próprio namorado, mas sim por aquele homem trinta anos mais velho que ela.
A partir de então, sempre se antecipava ao horário marcado com o filho, para passar alguns minutos, sozinha com o pai. Ela sentia muito medo, embora estivesse decidida a se entregar com muito mais corpo do que alma a esse desejo.
Nos primeiros encontros, mal conseguia olhar diretamente para o sogro, que, cuidadosamente, a acalmava a cada dia. Ele não tinha pressa, parecia acreditar que o adiamento de um prazer, era uma maneira de potencializá-lo. Ela se sentia completamente seduzida por esse seu jeito de lidar, paciente, carinhoso e acima de tudo, seguro. Sentia uma tranquilidade que lhe remetia a seu próprio pai.
Após o terceiro encontro o corpo dela apenas se deixava levar pelo sogro. Seu namoro agora, mais do que nunca, não passava de um pretexto. Passaram a se ver mesmo nos dias em que ela não encontrava o namorado.
Meses se passam assim, até que o filho chegou em casa e, em um tom sério e receoso, chamou o pai para conversar. Jovem e inexperiente, precisou engolir as lágrimas para dizer que a namorada estava grávida. Concluiu afirmando que queria se casar e pediu apoio financeiro.
O pai não negou, assim como os pais dela. Casaram-se o mais rápido, nem foi preciso exagerar no vestido para esconder a barriga. Ela se mostrou uma esposa dedicada, após a cerimônia não desejou mais nenhum homem que não o seu marido. Ele está totalmente realizado, em oito meses viu seu irmão nascer, irmão esse que, para sempre chamará de filho.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Biografía de Marco Tulio

A los lectores de esta bitácora:

Hoy no es Marco Tulio quien acá escribe, y si el hombre – y no, dueño – que vivía junto con él. “¿Porqué vivía?” Ustedes deben está preguntándose. Es demasiado triste decir esto, pero Marco está muerto. Hace tres meses que él ha muerto, sufría de una enfermedad que yo prefiero no decir el nombre. Yo supe de esta enfermedad en el treinta y uno de agosto, cuando fuimos al veterinario. Desde ese día hasta su muerte yo intenté matarlo despacito, alejándome de él, para que cuando el día de la muerte llegase, yo no sufriera tanto. Hoy estoy esciente que mi actitud fue demasiado cobarde. Al revés, Marco Tulio se mantuvo fuerte hasta el fin y aun tuvo coraje de transcribir sus últimos días acá. Ese perro también tuvo fuerzas para vencer la muerte y en los últimos momentos de su vida, hacer cachorros, que no logró conocer.
Yo siquiera sabía que aquel perro escribía, hay muchos textos de él acá, él ya escribía a muchos meses. Lo que más quiero es seguir con su bitácora, pero no sé si con mis textos o con los textos de Marco, que hay acá. Necesito pensar mucho, sin embargo, para empezar, decidí poner acá una pequeña biografía de este memorable perro.

Marco Tulio nació en 19/01/2008 en Córdoba, Argentina. Con tres meses de edad se trasladó para mi casa. Con esta edad era muy juguetón y todavía no sabía que iba convertirse en un estupendo escolta nocturno. Con seis meses empezó en la escuela de adiestramiento, más temprano que la mayoría de los perros. Allá, en la escuela, tomamos conocimiento de su aptitud para trabajar como escolta. Pues un día allá, Marco Tulio peleó solito contra tres gatos y les quitó la vida.
Desde entonces recibió el apodo de Mil Gatos. Con un ano y medio, Oveja terminaba el curso de adestramiento y regresaba a la casa. Pero se quedó acá solamente dos meses, como vacaciones. Lo envié a la Colombia para hacer un curso en la mejor escuela de escoltas de la América Latina. Un ano después, cuando estaba terminando el curso sucedió algo increíble. Marco salió de copas con otros perros y vio unos hombres sospechosos. No pensó dos veces, les siguió hasta un hangar. De pronto sintió el olor de cocaína y fue llamar a la policía. Ha sido una de las mayores cantidades de droga aprehendida hasta hoy en la historia de la América. Marco regresó a Argentina muy festejado, y ganó del gobierno una condecoración por su coraje y sagacidad.
Desde entonces trabajó para la policía en investigaciones, su olfato se convirtió en una arma contra el tráfico internacional de drogas. Después de dos años y medio Marco Tulio fue victima de una acción criminosa y perdió parte de su capacidad de husmear y tuvo que dejar su puesto en la policía sin realizar lo mayor de todos sus sueños, trabajar como un perro bombero.
A los cinco años de edad ese maravilloso perro pasa a tener una vida pacata y tranquila, vigiando solamente mi casa. Intentó muchas veces tener cachorros, y solamente logró hacerlos en el fin de su vida, casi sin fuerzas. Ni siquiera llegó a conocer sus hijos, que son fuertes y vivos, como el padre, que murió con siete años.

El Ruído

Ya he dicho acá que soy escolta nocturno, pero nunca les he dicho como es mi trabajo. Hoy voy a contarles como fue parte mi día de trabajo. A las 23:00 en punto ya estaba listo. Pablo se ha acostado a las veintitrés y cuarto. Para empezar he dado algunas vueltas por todos los cuartos, mirando siempre las ventanas. Los gatos del 101 tienen la costumbre de huir por la madrugada e intentan pasar por la ventana, algunas las dejamos abiertas por la madrugada. A las 00:00 me ha quedado muy cerca de la puerta y he husmeado por la rendija. Mi olfato es una de mis mayores virtudes, no he husmeado nada distinto hoy. Pero mi rica audición he escuchado movimientos seguidos viniendo, me parecía que venían del patio. En un ratito he subido arriba de una silla para mirar, no he visto a nadie, pero el ruido sigue, he hecho un esfuerzo extremo para husmear a alguien y nada. He buscado por toda la casa alguna señal, me he puesto nervioso, he gruñido, he ladrado y el ruido seguía. Era continuo, tenía un compaso, a veces paraba por un ratito, pero volvía. Ya me estaba sintiendo como un felino inútil, cuando el ruido se ha ganado más intensidad y ahora me parecía seguro que venía del cuarto del Pablo, me he acercado a la puerta la intensidad del ruido era mayor, me he preguntado ¿Qué pasa allá? Y de repente, un chillido de una mujer, entonces he recordado que hoy Marina se ha acostado en nuestra casa, precisamente junto con Pablo en la cama, que tiene con de las patas rotas.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Diacronía Digestiva

¡Cómo comí hoy! Pablo hizo una parrillada y por supuesto que no dejo faltar carne de gato. Pero ahora estoy tan agotado, tan lleno, creo que voy a quedarme enfermo, comí demasiado. Estoy acostado en mi rincón predilecto, no puedo ni levantarme, que desazón. Me parece que la pared se mueve, en mi degolladero siento el gusto de lo que comí en mi desayuno. De repente miro al fin del pasillo un gato viniendo en mi dirección: un gato cretino, en mi casa, increíble. Lo curioso es que él lleva una prenda igual que la de un camarero, se acerca y me pregunta: “¿Cómo está usted? ¿Necesita algo?”. Nada más me falta suceder, un gato usando tratamiento formal para hablar conmigo en mi casa, estoy loco. “Necesito que salgas de mi casa, felino estúpido”, contesto, pero él me mira atemorizado y nada hace. En este momento rompe por el pasillo un perrito muy simpático que dice algo que no comprendí: “Cálmate felino, mi abuelo Marco Tulio está tan agotado esta tarde que no reconoce ni su propio empleado. Vete a la cocina que yo cuido de mi abuelo.”
¿Yo? ¿Abuelo? Él se acercó a mí abanicando la cola. Me llamó para ver la tele. Yo no comprendía lo que pasaba. Un perrito me llamando de abuelo. Fuimos juntos al cuarto ver a telediario. Cuando encendemos el aparato una chica presentaba el telediario: “Buenas tarde, veinticinco de octubre de 2048, empieza ahora...” Es imposible, en un ratito yo me adelanté cuarenta años en el tiempo. Miré el perrito y se lo pregunté:
“¿Qué día es hoy?”
“Miércoles, veinticinco, día de pagar el agua de la semana, ¿te olvidaste?”. Me contestó con mucha naturalidad.
“Pero el agua la pagamos mensualmente ¿no?”
“¿Qué te pasa? Mensualmente pagamos el tributo de importación del agua”
“No comprendo, hasta 2008 era mensualmente”
“No te olvides que ya estamos en 2048, ¿vale?
“¿Tributo de importación? ¿Y el Río de la Plata?”
“ ¡Mama Cocha!¿Qué pasa hombre? Parece que estaba dormido por cuarenta años. Nosotros todos sabemos que el río de la plata ya pereció hace veinte años, después de la guerra entre Argentina y Uruguay.”
“¿Guerra? ¿En el Sur de América? No creo. ¿Pero porque? En 2008 no había guerras acá.
“Agua, por supuesto.”
“¿Y de dónde viene el agua que importamos?
“Brasil, precisamente de la provincia de Minas Gerais, sitio donde hay más conflictos alrededor de los ríos que en la narración de ´Grande Sertão Veredas´ ”
“Solamente me acuerdo de los conflictos en el oriente medio, por petróleo en 2008 y además...”
“Cállate ¿Qué palique es este de 2008? No es posible, hasta aquel felino cretino sabe que la ONU. ya ha tomado el Oriente Medio y lo convertido en una reserva mundial de petróleo ya hace casi treinta años.”
“Pero hasta 2008 la ONU. respetaba la soberanía de las naciones.”
“Estás seguro de lo que acabas de decir.”
“No mucho... ¿Pero lo que hace un gato acá en nuestra casa?”
“Trabaja”
“ ¿Cómo? Hasta 2008 nosotros solamente comíamos los felinos y ahora...”
“Alzheimer avanzada, es esto lo que tienes. Los gatos ahora son nuestros empleados, casi esclavos. Trabajan, a cambio les dejamos vivos. Además gastan poca agua, ya que a ellos les gusta aquel baño nauseante.”
“ ¡Mama Cocha! Esta conversación me ha dejado con la lengua afuera, voy a la cocina beber un poquito de agua”
“¿Estás loco?
“Ya has bebido toda tu agua de hoy, ahora solamente mañana te la puedes beber más.”
No di atención a las palabras del perrito y seguí a la cocina. Pero él se adelantó hacia la puerta y se puso a gruñir. Intenté pasar y él me echó al pasillo. Empezamos a pelear hasta que no oía más sus gruñidos y sí el sonido de la ducha y del agua cayendo en el suelo del cuarto de baño. La puerta estaba abierta y no había nadie allá. Busqué por la casa y di con pablo usando solamente una toalla y hablando al teléfono.

viernes, 31 de octubre de 2008

Profesor ciudadano

Ustedes ya saben que soy un perro y que por lo tanto no voy a la escuela y tampoco tengo clases en mi casa, los perros son autodidactas. Hay ventajas en este manera de aprendizaje, puesto que tenemos más autonomía de lo que elegimos estudiar. Pero si un día yo tuviere una clase quiero un profesor como este del video. Mira su severidad, la capacidad de agarrar la atención de sus alumnos, su cuerpo es nada menos que un suporte semiótico. Además enseña cosas pragmáticas, que los estudiantes necesitan en su cotidiano, es un profesor ciudadano. Y que este ejemplo sirva de inspiración a todos los profesores.

domingo, 26 de octubre de 2008

Fotografía: Dalton sales
Bello Horizonte


De rodear tanto,
se muere.
Surge, alumbra,
da vida, asciende.

Sube, se encubre,
fascina mis ojos.
Es dios, es natural,
es lumbre.

Sigue y crece.
Calienta, enfría.
Y de tanto que
pasa, nace.

Marco Tulio

miércoles, 15 de octubre de 2008

Ruta Vital

¡Necesito huir! Sólo por esta tarde. Hoy es el día en que María Terencia sale para cortar su pelo. Ya he dicho acá que quiero tener hijos. Y quiero hacerlos lo más temprano posible, un día ustedes comprenderán porque tengo prisa. Para Madre, elegí María Terencia, la caniche del piso 201. Ella ya tuvo cachorros una vez, sus hijos eran fuertes y listos, están todos vivos hasta hoy. Esto es lo que quiero, una prole fuerte, que pueda proseguir en oposición a la inevitable separación del cuerpo y el alma.
Hoy Pablo se despertó tranquilito, me parece que será fácil. Vivemos en un piso, hay solamente una puerta, conque es imposible salir sin que Pablo vea. Mi suerte es que Pablo es despistado y siempre está retrasado. Además, por la madrugada yo escondí su carpeta bajo su cama. Él sabe que cuando algo desaparece es porque yo escondí. Entonces, después de quince minutos buscando la carpeta él empieza a preguntarme: “¿Dónde está la carpeta, Puf? ¿Dónde?“ Estoy acostado en el pasillo, miro Pablo con los ojos perezosos y libres de culpa, son 8:10, él ya está veinticinco minutos retrasado, todavía no está desesperado, entonces, nada hago. Ahora él trae una carpeta igualita a la que yo escondí y me muestra: “Mira Marco Tulio, ¿Dónde está la carpeta?” Ahora si me parece desesperado. Tengo que hacerlo creer que quiero jugar. Entonces me levanto, sigo por el pasillo, atravieso el cuarto y empiezo a arañar la puerta para que él piense que yo escondí la carpeta en la cochera. Él abre la puerta y seguimos hasta la cochera. Empiezo a husmear bajo los coches. Pablo cree que la carpeta está bajo algún coche y se pone a mirar todos. En un ratito alguien abre el portalón e yo estoy libre.
Mientras yo corría por la calle oí un chillido de Pablo: “Marco Túúlio, hijo de yegua”. ¡Pobre! Sigo recto por cinco cuadras y paro cerca de la parada de autobús. Creo que en quince minutos María pasará acá junto con una chica. Mientras esperaba, vi dos gato cretinos en la orilla de la calle. Empezamos a cambiar miradas. Mi voluntad era traspasar la calle y quitarlos la vida. Sí, matarlos y comprobar que el mundo es muy pequeño para perros y gatos. Después de más algunas miradas son ellos que vienen en mi dirección con el mirar fijo en mis ojos. Como quiero ahorrar energía para María, rezo para un camión lleno de basuras bajar por la calle, desgobernado, y hacer el trabajo sucio. Esto no sucede y ellos ya están cerca. Son dos, un negro y otro gris, que habla: “ ¡Mira quien está acá, un perro de piso!” El negro añade: “Vas a ensuciarse, perrito, es mejor volver a su casa”. Estaba loco, al bote de un ataque de nervios. “Gatos estúpidos, quiero pincharlos bien despacito”. Mi pelo estaba erizado cuando miré María en el otro lado de la calle. No podía dejarla pasar por una pelea con dos felinos imbancables. Yo les dije que volvería otro día y fui a buscar María.
Troté para alcanzársela y antes mismo de decir buenos días, empecé a husmear entre sus piernas. Es la manera más directa, primitiva y sencilla de un perro mostrar a una hembra lo que quiere: ¡coger!. Ella me echó a empellones y ladridos. Entonces intenté el diálogo. Le dije que no quería solamente coger. Conté del día en el veterinario, de como la admiraba y que era, quizás, mi última oportunidad de seguir mi linaje adelante. Ella me desdeñó y después dije: “¿Husmeaste alguna basurera putrefacta? No soy suficiente loca para ayudar perros que se quedan peleando con gatos por las calles a dar proseguimiento a su descendencia”. Intenté agarrarla haciendo uso de la fuerza, pero ella clavó los dientes en mi cuello. Dolió demasiado. No quise más insistir. Cambié mi ruta y giré en la calle siguiente, donde lo peor sucedió, de súbito, yo estaba cara a cara con la perrera municipal.
No pude huir, me agarraran por el cuello y me pusieron dentro del coche junto con otros perros. No más que treinta minutos después yo ya estaba en la cárcel. ¡ Qué sitio inmundo! ¡ Qué hedor! Mi suerte es que Pablo siempre me busca acá si no me encuentra por las calles. Pero me quedaré en este pedacito del infierno por lo menos hasta las cuatro de la tarde. Me acosté en un rincón, miré alrededor y vi una perrita chucha bajo un árbol. No es guapa, pero me parece fuerte y simpática. Ya que María no quiso y lo más importante es continuar la vida ¿Porqué no la perrita?

martes, 23 de septiembre de 2008

“Cachorrés”

Cambio la dirección de mis ojos y miro algo que pasó atrás de mí. No es nada, sólo mi propia sombra. Gracioso, ahora me acordé de mi juguete predilecto cuando era un cachorro. Me gustaba muchísimo seguir mi propia cola, yo corría haciendo círculos. Yo me pensaba como un cazador primitivo, me sentía total. Lo mejor de la edad cachorra es la simplicidad, la falta de malicia, la inocencia. Pensamos como será nuestra vida en el futuro. Yo por ejemplo, pensaba que iba a ser un perro bombero, librar las personas – principalmente los niños – del peligro. Imaginaba también que sería estimado por todos, prinicpalmente por las hembras. No necesitaba más que algunos segundos para viajar a muchos años en el tiempo. Yo nací aca mismo, en Córdoba, pero en otra casa, viví allá con mi madre y mis hermanos por algunos días, hasta que Pablo me trajo para su casa. Todo era tan grande, largo e yo tênia miedo hasta de los gatos del piso 101. Pero en un mes ya estaba a ladrar para qualquer persona que llegaba en nuestra habitación. Ladraba un ratito, pues si la persona empezase a chascar los dedos yo, de pronto, empezaba a abanicar mi cola y sabía, ella quería jugar. Jugaba tanto que Pablo tenía que mandarme parar: “Parate Marco Tulio”. Yo tampoco comprendía que Marco Tulio era mi nombre. Entonces Pablo me agarraba en sus manos y me llevaba. Me gustaba también el calor, tanto de las manos de Pablo como de qualquier trapo. Creo que era porque cuando cachorro yo sentía demasiado frío, hasta mismo en los días calientes, temblaba de frío. Lo que sentía de frío, lo tomaba de leche. Mucho leche, hasta hoy no comprendo adonde iba tanta leche.
Hoy no soy tan juguetón, tampoco tomo leche e ya sé que no hay más tiempo para ser un perro bombero. Pero quizás mis cachorros lo sean. Como ya he dicho acá, decidí tener cachorros en los tres o cuatro meses siguientes, entonces esta semana quiero llevar a cabo este deseo. Buscaré la canicha del 201. Aunque ella denote certo desdén, yo sé que ella también quiere. Después les cuento todo.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Gustos

Hoy es domingo, me gusta mucho este día pues es el día en que Pablo y yo salimnos para pasear. No necesito usar collar, claro. Es obvio que no voy a salir por ahí mordiendo las personas. Pero Pablo no lo comprende y, una vez más pone el collar em mi cuello. Me molesta mucho. Seguimos por nuestra calle, 9 de Julio y agarramos a la derecha cerca de la carnecería. Allá hay un horno muy grande con muchos pollos dentro. Los hombres le llaman de “tele para Perros”. A mí me aburri mucho la costumbre de los hombres de pensar que nosotros solo pensamos en dormir, carne y hembras. Me gustan muchíssimo todas estas tres cosas, sin embargo un perro también es un ser conplejo, capaz de cuestionar su propia existencia. Ahora, en la calle Rodrigues Persa, empezamos a ir con paso acelerado. A mí me gusta mucho correr. Me gusta el viento, tengo la impresión que puedo agarrar todas las cosas pasando al mismo tiempo. Es incrible como una cosa tan sencilla produce placer de tal manera. Llegamos a la plaza Conlónla. Acá, Pablo desata mi collar. Normalmente él se queda sentado mientras yo salgo por la plaza. Pero hoy Mariana está aquí, conque, Pablo saca la camisa y hace ejercícios físicos. Es muy gracioso el comportamiento de Pablo cuando está cerca de Mariana, me divierte. Entonces me pongo a hacer algo que me gusta mucho, husmear y marcar territorio. Siento el olor de un perro conocido, Julio César. Miro alrededor y lo veo, lejos. Él también ya me há visto. En un ratito nos acercamos para charlarmos un poquito. Él vive por las calles, errante, sin ruta. Tiene tantos hijos que no puede contarlos, es seguro que va a morir en un rato, pero nosotros todos también. No me gusta salir por ahí cogendo todas las perras que yo encuentre. Pero me gusta mucho charla con Julio. Él conoces mucho acerca de las hembras, de los sitios peligrosos como los restaurantes chinos, de las calles en general. A veces, a mí me gusta huir por ahí solo, sín un hombre cerca, sientome libre. Pablo buscame, loco. Es gracioso verlo corriendo, desesperado. Me gusta tener alguién preocupado conmigo, me gusta salir solo, pero a mí me gusta mucho más volver a mi casa.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Autorretrato

Son 6:30 de la mañana. Estoy acá, me pongo a mirar mi reflejo en el cristal de la puerta. Veo una imagen retorcida, oscura. ¿Pero no lo son todas las que hacemos de nosotros mismos? Ni alto ni bajo, cola corta, pelo blanco enrizado, colmillos pequeños, un mamífero. Falta un rato para mi día de trabajo llegar al fin. Soy escolta nocturno, por la noche, un soldado. Pablo está dormido, despierta a las 7:00 y, antes de ducharse él saca un fármaco del botiquín y cuelga lo en mi boca. Es para controlar mi epilepsia, conque, un tarado. A mi no me aburrí los fármacos periódicos, resignado. Ahora voy a husmear la rendija bajo la puerta, puesto que en un ratito la caniche del 201 va a pasar. Ya puedo sentir su olor, hum! Ahora más fuerte, muy exquisito. Ladro, pero ella no contesta, chucha. En celo soy capaz de hacer cualquier cosa por una hembra, tengo la sangre latino en mis venas, un loco. Atravieso el cuarto, llego al pasillo, necesito agua. Trompico en la vasija, vierto el agua por el pasillo, perdido en el espacio, despistado. Voy a llamar Pablo, sigo a su dormitorio, ruedo alrededor de su cama, ladro, salto, me pongo a husmear sus pies, muerdo su sábana, la tiro... un cachorro, un niño.

domingo, 31 de agosto de 2008




¿ Porque un perro hizo una bitácora ?


Probablemente, esta es la pregunta de todas las personas que acceden este sitio. No tengo la pretención de contestarla, tampoco creo que las respuestas o aclaraciones de un hecho sencillo como la creación de un blog son necesarias. Buscar explicaciones para todo. Asi hacen los otros mamíferos que gobiernan el mundillo junto com los peros, los hombres. Se quedan demasiados preocupados en contestar su vida y se olvidan de vivir. Por ejemplo, hoy mi hombre (Pablo) y yo hemos ido al veterinario y hemos recebido una nueva. Pablo exigía explicaciones; "¿Porque? ¿Nada podemos hacer?" Mientras yo miraba el semblante indiferente del doctor, Pablo no paraba de preguntar. No comprendo los hombres. Para algunas preguntas la mejor respuesta es el silencio, a veces "una sonrisa basta", principalmente cuando es algo que nosotros todos comprendemos, sin embargo no sabemos explicar verbalmente. Cuando volvíamos a la nuestra casa, mientras Pablo oía las noticias, yo miraba la calle – ir en carro com la azeota en la ventana, sentiendo el viento, es muy exquisito. Miraba y planeaba que hacer en los 3 o 4 meses siguientes. ( Alertan sobre el nuevo riesgo en la calle, los peatones tecnológicos) Huir de cierto y salir sin ruta por las calles, muy peligroso. ( El festival de tango le pasó la posta al campeonato mundial) Intentar aprender a bailar tango, seductor. (Se incendió un departamento y morieron dos nenas de 3 y 6 años) Trabajar como bombero, mucho más peligroso. Paramos un rato en el Jardín Botánico Municipal. Pablo sentó delante de la laguna con los ojos fijados en el água. No quería jugar o rascar mi panza, estaba aburrido. Entonces empecé a trotar por la grama y marcar territorios, con orina, claro. Estes parques públicos tienen olores muy variables. A mi me gusta muchísimo husmear el Jardín Botánico. Ya estaba agotado cuando no sé porque – y ni quiero saber – fijé mis ojos en una pareja. Estaban muy sonrientes, tranquilos y alegres. Él hablaba y la miraba, ella, embarazada, casi no decía nada, lo miraba también y, sonría mucho. Entonces Pablo me llamó com un chillido, él ya estaba cerca del carro. Llegamos a la casa y yo no había pensado en casi nada. Pero decidí continuar a vivir sin me preguntar la razón de las cosas, hacer lo que me gusta, tener cachorros y escribir este blog.