domingo, 23 de noviembre de 2008

Biografía de Marco Tulio

A los lectores de esta bitácora:

Hoy no es Marco Tulio quien acá escribe, y si el hombre – y no, dueño – que vivía junto con él. “¿Porqué vivía?” Ustedes deben está preguntándose. Es demasiado triste decir esto, pero Marco está muerto. Hace tres meses que él ha muerto, sufría de una enfermedad que yo prefiero no decir el nombre. Yo supe de esta enfermedad en el treinta y uno de agosto, cuando fuimos al veterinario. Desde ese día hasta su muerte yo intenté matarlo despacito, alejándome de él, para que cuando el día de la muerte llegase, yo no sufriera tanto. Hoy estoy esciente que mi actitud fue demasiado cobarde. Al revés, Marco Tulio se mantuvo fuerte hasta el fin y aun tuvo coraje de transcribir sus últimos días acá. Ese perro también tuvo fuerzas para vencer la muerte y en los últimos momentos de su vida, hacer cachorros, que no logró conocer.
Yo siquiera sabía que aquel perro escribía, hay muchos textos de él acá, él ya escribía a muchos meses. Lo que más quiero es seguir con su bitácora, pero no sé si con mis textos o con los textos de Marco, que hay acá. Necesito pensar mucho, sin embargo, para empezar, decidí poner acá una pequeña biografía de este memorable perro.

Marco Tulio nació en 19/01/2008 en Córdoba, Argentina. Con tres meses de edad se trasladó para mi casa. Con esta edad era muy juguetón y todavía no sabía que iba convertirse en un estupendo escolta nocturno. Con seis meses empezó en la escuela de adiestramiento, más temprano que la mayoría de los perros. Allá, en la escuela, tomamos conocimiento de su aptitud para trabajar como escolta. Pues un día allá, Marco Tulio peleó solito contra tres gatos y les quitó la vida.
Desde entonces recibió el apodo de Mil Gatos. Con un ano y medio, Oveja terminaba el curso de adestramiento y regresaba a la casa. Pero se quedó acá solamente dos meses, como vacaciones. Lo envié a la Colombia para hacer un curso en la mejor escuela de escoltas de la América Latina. Un ano después, cuando estaba terminando el curso sucedió algo increíble. Marco salió de copas con otros perros y vio unos hombres sospechosos. No pensó dos veces, les siguió hasta un hangar. De pronto sintió el olor de cocaína y fue llamar a la policía. Ha sido una de las mayores cantidades de droga aprehendida hasta hoy en la historia de la América. Marco regresó a Argentina muy festejado, y ganó del gobierno una condecoración por su coraje y sagacidad.
Desde entonces trabajó para la policía en investigaciones, su olfato se convirtió en una arma contra el tráfico internacional de drogas. Después de dos años y medio Marco Tulio fue victima de una acción criminosa y perdió parte de su capacidad de husmear y tuvo que dejar su puesto en la policía sin realizar lo mayor de todos sus sueños, trabajar como un perro bombero.
A los cinco años de edad ese maravilloso perro pasa a tener una vida pacata y tranquila, vigiando solamente mi casa. Intentó muchas veces tener cachorros, y solamente logró hacerlos en el fin de su vida, casi sin fuerzas. Ni siquiera llegó a conocer sus hijos, que son fuertes y vivos, como el padre, que murió con siete años.

1 comentario:

Elzimar dijo...

Pues, bienvenido! Si escribes bien como Marco Tulio, tendrás mucho éxito.